En los últimos
cinco u ocho años escuchamos muy frecuentemente en fábrica cómo se culpabiliza
por parte de los representantes sindicales a los trabajadores del
individualismo que hay como colectivo dentro de nuestra empresa, de la falta de
ideología, conciencia de clase, principios sociales y éticos que como clase
obrera deberíamos tener. Y de hacerlos valer a su vez, frente a los
acontecimientos políticos, sociales que hemos vivido en esta crisis económica.
Pero sobre todo se nos culpabiliza de que teniendo una plantilla así de
desvinculada no se puede plantear por parte del comité de empresa una respuesta
racional, clara y rotunda a los problemas que están aconteciendo desde hace muy
poco tiempo.
Problemas graves que afectan no solo al
bolsillo, que ya sería suficiente, sino que afectan a las personas que conformamos la plantilla desde hace muchos años
ya, años que carecen de importancia para la empresa (despidos injustificables),
la presión brutal a la que
estamos siendo sometidos con esta vuelta de tuerca de cronometrar los tiempos,
así como los acuerdos firmados entre nuestros representantes y la empresa, como
el kilometraje, la prorrata de pagas cuando estas con la baja, acuerdos que
deberían ser sagrados, pues
son el fruto de la negociación no de la imposición, como así lo está haciendo
la empresa al negarse a seguir abonado lo que corresponde por esos conceptos.
Pero ¿Qué
proponen nuestros representantes? Dialogo, reuniones con la empresa, una tras
otra para convencer. Y a nosotros ¿nos conciencian de la gravedad de estas
situaciones e imposiciones?, ¿nos dicen que esto es una falta de respeto hacia
el colectivo de trabajadores? ¿Nos han reunido en asamblea para explicarnos
cómo van los temas?, ¿y el convenio? ¿Se ha unificado ya una plataforma para
poder votarla en asamblea?
Oportunidades
se han tenido, como la del plan de comunicación en diciembre, en la cual, por
primera vez en muchos años se ha quedado muda la palabra del máximo
representante de nuestro colectivo de trabajadores como es la de nuestro
presidente del comité de empresa, al cual nunca, bajo ninguna situación hasta
entonces le dejaron sin voz para poder expresar la opinión del colectivo, dudas
o simplemente su libertad de expresión, y hubo tiempo para hacerlo, dicho sea
de paso.
Probablemente
sea más importante prohibir o vetar inclusiones en actas del comité de empresa
opiniones de otros representantes u otras secciones sindicales, que solo sean
otros miembros de la mayoría del comité quien firmen las actas, que no se
entreguen las actas de estas reuniones a todas las secciones sindicales, que
deliberadamente o mejor dicho por mayoría se nos condene a no poder reunirnos
en asamblea general tras propuesta de una sección sindical en pleno ordinario
del comité de empresa alegando que no hay contenido, decir que con el despido
del compañero se pretendía secuestrar el convenio.
Lo que nos
está acaeciendo no parece ser suficiente motivo para reunirnos en asamblea y
que a fecha de hoy tampoco este denunciado el convenio o que no haya ya una
plataforma unificada o consensuada por las tres secciones sindicales para que
sea ratificada en Asamblea general de trabajadores. ¿Quién tiene secuestrado el
convenio y a la plantilla?
Resulta sorprendente
y maquiavélico, ver como la plantilla somos los culpables para nuestros
representantes de carecer de conciencia de clase cuando para este comité de
empresa parece ser que no hay argumento ni contenido para juntar a la clase
trabajadora de esta empresa en una Asamblea para hablar de la que nos está
cayendo.
MORALEJA: Es
verdad, para que hacerlo si es tontería, luego la empresa impondrá lo que
necesite y como tenemos la plantilla que tenemos, pues nada, hacemos la
política de Rajoy y punto, que es el que gana, es el vecino el que elige al
alcalde
Juan Gaona
Mech SDS
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