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En 2016 los grupos consolidados
españoles tributaron a un tipo efectivo sobre el resultado contable del 6,14%
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Las pequeñas y medianas empresas abonan
un tipo efectivo mucho más alto: el 15,4%
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El Gobierno recaudó 23.143 millones de
euros en 2017 por el Impuesto de Sociedades, muy lejos de los 44.823 millones
de 2007
Aunque
las grandes empresas han mejorado considerablemente sus resultados durante los
últimos años, esta recuperación económica sigue sin verse reflejada en su
tributación por el Impuesto de Sociedades. Según los datos recogidos en
el último informe de recaudación de la Agencia Tributaria (AEAT), el beneficio
contable –diferencia entre ingresos y gastos en la contabilidad de una
compañía– de los grupos consolidados españoles en 2016 fue un 34,5% superior al registrado en el año 2013. Sin
embargo, a pesar de haber ganado casi 28.000 millones más, tributaron a un tipo
efectivo sobre el resultado contable ligeramente inferior. Mientras que en 2016
lo hicieron al 6,14%, tres años antes el tipo se había
situado en el 6,3%. Estos datos abren de nuevo el debate, puesto
sobre la mesa desde la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez, sobre el tipo
mínimo que deben pagar las compañías por el Impuesto de Sociedades.
En 2016 –últimos datos disponibles–, las grandes empresas cerraron con unos beneficios contables de 111.788 millones de euros, lo que refleja una notable mejora respecto a los ejercicios anteriores: 83.112 millones en 2013, 96.714 millones en 2014 y 87.048 millones en 2015. Sin embargo, el tipo efectivo que se aplicó sobre estos fue el más bajo de todos: un 6,14%, frente al 6,3%, el 7,07% y el 7,54% registrados, por orden, en los tres años anteriores. Este dato contrasta con el del resto de empresas españolas, cuyos beneficios se sitúan por debajo de los de los grandes conglomerados pero que, sin embargo, tributan por el Impuesto de Sociedades a un tipo efectivo mucho mayor. En 2016, por poner un ejemplo, las sociedades no integradas en grupos registraron un resultado contable de 86.414 millones de euros y pagaron a un tipo efectivo del 15,4%.
No obstante, desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se insiste en que las grandes compañías españolas pagan un tipo efectivo en línea con la presión fiscal por este impuesto en diferentes países de la Unión Europea. En opinión de la patronal, se está usando de “manera incorrecta” el tipo sobre el resultado contable porque, añaden, "el Impuesto sobre Sociedades” se paga “sobre la base imponible”, es decir, una vez aplicadas las deducciones correspondientes. Si se toma como referencia ese indicador, el informe de la AEAT recoge que el tipo efectivo sobre la base imponible de las grandes empresas en 2016 fue del 19,01%, frente al 19,91% de 2015, el 19,31% de 2014 y el 16,23% del año 2013. En el resto de compañías, este tipo efectivo se situó durante estos últimos años por encima del veinte por ciento: 22,6% en 2016; 24,23% en 2015; 22,25% en 2014 y 21,77% en 2013.
Recaudación alejada de los años precrisis
Según el informe de la AEAT, en 2017 los ingresos tributarios se situaron en los 193.951 millones de euros, un 4,1% más que el año anterior. Sin embargo, se quedaron 7.012 millones por debajo de las previsiones que hizo el Ejecutivo de Mariano Rajoy en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017 –se estimó un incremento del 7,9%, hasta alcanzar los 200.963 millones de euros–. “La mayor parte del error tuvo su origen en la introducción del SII (Suministro Inmediato de Información en el Impuesto sobre el Valor Añadido) que desplazó ingresos de 2017 a 2018. Sin este cambio en la gestión, la desviación hubiera sido negativa por un importe de 2.862 millones (un 1,4% de la cantidad prevista en el Presupuesto)”, señala la Agencia Tributaria en el estudio, presentado el pasado martes.
También por debajo de lo presupuestado por el Ejecutivo conservador se quedó el Impuesto de Sociedades. En 2017, se recaudaron por este tributo 23.143 millones de euros –el anterior Gobierno estimó que los ingresos por dicho impuesto se situarían en los 24.399 millones–. A pesar de que esta cifra supone un incremento del 6,8% respecto a la registrada en 2016, lo cierto es que la recaudación por el IS sigue lejos de los niveles previos a la crisis. En 2007, el último año de bonanza antes del colapso económico, la Agencia Tributaria percibió 44.823 millones de euros por los beneficios de las empresas, casi el doble de lo que ha ingresado por este concepto el año pasado. Desde entonces, la recaudación por el Impuesto de Sociedades comenzó a desplomarse, alcanzando su mínimo en 2014, con 18.713 millones de euros.
Cambios
El pasado mes de julio, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, detalló cuáles serían las medidas que su departamento tiene pensado plantear en lo que queda de legislatura. “Nuestra intención es traer a la Cámara cuanto antes un paquete de cambios fiscales que está en la línea con lo que reclama la UE”, señaló la ministra durante su primera comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados. Modificaciones fiscales que, dijo, “están orientadas a las grandes empresas”. “No van a afectar a los contribuyentes. No vamos a tocar los impuestos de las clases trabajadoras, ni de las clases medias”, aseveró, al tiempo que detalló que abordará esta reforma en dos fases: una primera de carácter inmediato y una segunda con un desarrollo normativo posterior.
Entre las medidas que Hacienda trata de aprobar “de forma inminente” está la reforma del Impuesto de Sociedades. Según explicó Montero, el objetivo es “intentar acercar” el tipo teórico impositivo –que se sitúa alrededor del 12%, según apuntó la propia ministra– al tipo real del 25%. Además, se estudia fijar una tributación mínima del 15% para los grandes grupos empresariales. “No va a afectar ni a las pymes ni a las empresas medianas. Es una medida para que las grandes corporaciones, las grandes empresas, aporten más”, apuntó la ministra.
Información obtenida de Infolibre.
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